viernes, 30 de octubre de 2015

El debate de los deberes en la escuela

Uno de los debates en el ámbito de la educación que existen actualmente y que además están a la orden del día, es el de los deberes durante la escuela primaria y secundaria (ESO). 
 
Hay muchos argumentos a favor y en contra sobre este tema, algunos de ellos son, haciendo referencia a los aspectos positivos, el hecho de que refuerzan lo antes aprendido en el aula, que ayudan al desarrollo de la responsabilidad y la autogestión del niño o que sirven para conectar el contexto escolar con el familiar y la vida cuotidiana.
 
Pero también hay muchos argumentos en contra, como por ejemplo el hecho de que pueden generar
problemas de ansiedad y estrés, que son posibles fuentes de conflicto con las familias o que privan al niño de gran parte de su tiempo libre.
 
En mi opinión, se debería, como mínimo, reducir la gran cantidad de deberes que se mandan en la gran mayoría de colegios. Una de las mejores maneras que tienen los niños de aprender, sobretodo si hablamos de pequeña infancia, es jugando y experimentando y el hecho de tener que pasarse gran parte de la tarde realizando tareas escolares les limita en gran parte el tiempo que tienen simplemente para ser niños y comportarse como tal. No podemos pretender que los niños estén en clase de 9 de la mañana a 5 de la tarde y que cuando lleguen a casa sigan estudiando durante, a veces, un par de horas más. Los deberes son muchas veces una fuente de conflicto entre padres e hijos y  desfavorecen a ciertas clases sociales que no tienen tiempo para ayudar a sus hijos con los deberes y no pueden permitirse contratar a un profesor particular, ya que dichas tareas están mayoritariamente pensadas para que un adulto haga de soporte al niño.
 
 
Además, crean muchas veces en el niño o niña un sentimiento de estrés y ansiedad, ocasionando que se desmotiven por estudiar y aprender. No hay momento en el que se esté más receptivo que cuando te están explicando algo que te interesa. Entonces, ¿por qué en vez de enseñarles que tienen que hacer los deberes "porque sí" o "porque toca" no pensamos en una forma de motivar a los alumnos para que disfruten del proceso de aprendizaje? ¿Quizá haciéndolo más participativo? Creo que es tarea de profesores, padres y educadores, pero también del gobierno, pensar en una manera de volver a ilusionar y a motivar a los niños y niñas.
 
Además, creo que en los colegios se debería dedicar más tiempo a la educación en valores. Saber idiomas, matemáticas e historia, entre otras cosas, puede ser muy útil y estoy completamente a favor de que todo el mundo esté o tenga la posibilidad de formarse intelectualmente y profesionalmente. Pero también creo que es muy importante fomentar valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la responsabilidad, la comunicación, la cooperación... Y esto no siempre se da.
 
Así, combinando lo que ahora son dos tipos bastante diferenciados de educación pero que van estrechamente unidas,  podremos ayudar a las futuras generaciones a que sean personas bien formadas y con valores e ideas propias.

Para terminar, os dejo un vídeo sobre un interesante experimento social, llamado "Lo haces y punto". Publicado el 28 de octubre de 2015 en el canal de YouTube "¡No al fracaso escolar!" y perteneciendo a una campaña por los deberes justos, iniciativa de Eva Bailén.

¡Espero que os guste!
 
 
 
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viernes, 23 de octubre de 2015

Bulimia y exclusión

Algunos trastornos como la bulimia pueden ser una consecuencia muy extrema de la exclusión social. Al sentirse excluidas, algunas personas pueden considerar que si los otros la encuentran más atractiva podrá ser aceptada más fácilmente. El 90% de personas que sufren este trastorno son chicas. Tradicionalmente, esta era una enfermedad que empezaba mayoritariamente en la adolescencia, pero actualmente la edad ha bajado hasta los 9-10 años, es decir, la mayoría de personas que la padecen son niñas.


Hay que tener en cuenta que está enfermedad afecta a muchísima gente y puede llegar a ser mortal, por lo tanto, no podemos dejar de luchar contra ella y contra estos cánones de belleza irreales.

Si os interesa este tema os dejo el enlace de un artículo muy interesante llamado "Bulímia i Internet". Y además, para verlo de una manera más gráfica, añado también una presentación multimedia basada en el artículo nombrado anteriormente.



Y os adjunto también una encuesta sobre este mismo tema, ¡si la pudiera responder me haríais un gran favor!

¡Muchas gracias!

 
 


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martes, 20 de octubre de 2015

Discriminación racial

Uno de los factores que puede influir en que un niño o niña esté en riesgo de exclusión social es el hecho de ser inmigrante, y esto está muy ligado al tema de la discriminación racial.
 
Hablo desde mi opinión personal y mi indignación hacia tal hecho cuando digo que nunca entenderé como algunas personas pueden juzgar a otras por el color de su piel o por su cultura. La mayoría de personas afirma que no es justo juzgar a alguien sin conocerle, pero cuando nos creemos los estereotipos y nos creamos unos prejuicios, ¿no estamos prejuzgando? ¿O es que solo es necesario conocer a una persona antes de crearse una opinión sobre ella (ya que la palabra "juzgar" tampoco acaba de gustarme) cuando se trata de alguien de nuestro mismo color de piel?

Este vídeo fue realizado por "11.11 Cambio Social" en el marco de la campaña "Racismo en México", reproduciendo el experimento diseñado por Kenneth y Mammie Clark. ¿Qué experiencias pueden haber tenido estos niños para pensar así? Una muestra más de que el racismo es una cosa más que se les inculca a algunos niños desde pequeños.

 
 
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domingo, 18 de octubre de 2015

Castigos, ¿a favor o en contra?

Una vez hablado sobre qué entendemos por infancia en riesgo y cuáles son los factores que pueden ser determinantes para llegar a esa situación de riesgo social, quiero introducir un polémico tema que lleva ya un tiempo discutiéndose pero que sigue sin una respuesta clara en la actualidad: los castigos, ¿sí o no?
 
He estado buscando y he encontrado muy pocas páginas, blogs o artículos que hablen del castigo como algo positivo, lo cual es curioso porque prácticamente todo el mundo lo utiliza. Supongo que muchas veces la situación puede sobrepasar a los padres, educadores, profesores o cualquier persona que trabaje con niños. La falta de tiempo, de paciencia o el simple hecho de no saber qué más hacer pueden hacernos elegir el camino fácil, aunque sepamos que no es el mejor.
 
Cuando castigamos a un niño muchas veces producimos el efecto contrario al deseado. Si el niño percibe dicho castigo como algo injusto intentará repetir la conducta cuando sus padre o educadores no miren porque no he entendido porqué no tiene que hacer eso. Por eso creo que lo más importante a la hora reaccionar cuando alguien ha hecho algo que consideramos que no está bien es explicarle las razones. Si castigamos sin explicarles nada, puede que el problema sea sofocado momentáneamente pero la raíz del conflicto no se soluciona.
 
Por lo tanto, el castigo no comporta el aprendizaje del comportamiento ni le ofrece ninguna alternativa más adecuada y eso hace que la conducta tienda a repetirse. En el caso de que no sea así,  la mayoría de veces no es porque el niño haya aprendido racionalmente que eso no está bien, si no por miedo a un futuro castigo.
 
Educar requiere tiempo, practica y mucha paciencia. A mi entender, educar significa mostrar alternativas y elementos que inviten a reflexionar no solo sobre las consecuencias de sus actos sobre ellos mismos sino también sobre los demás. Darles los medios y ayudarles a que sean personas responsables, autocríticas y sobretodo con valores y que sepan pensar por ellos mismos, esas son algunos de los objetivos que yo creo deberían tener los padres. En mi opinión, los niños deben ir aprendiendo poco a poco a ser responsables de sus propios actos y a respetar y hacerse respetar.    
 
Todo esto, desde el punto de vista de los padres y educadores no es tarea fácil, por eso os invito a compartir vuestras opiniones y experiencias.
 

miércoles, 14 de octubre de 2015

Factores de riesgo en la infancia

Los factores de riesgo pueden ser muchos y muy variados pero creo que podríamos clasificarlos en tres tipos: individuales, familiares y sociales.
 
Los factores individuales no se consideran propiamente factores de riesgo pero pueden transformarse en ellos fácilmente si se vive en el seno de una familia con dificultades. Son , por ejemplos, los niños no deseados o que se sienten rechazados por sus padres o los nuevos cónyuges de éstos, los que han sido separado de sus padres, los que tienen capacidades especiales o enfermedades crónicas, los niños con problemas de conducta, etc.
 
Por otro lado, los factores relacionados con la familia tienen mucho que ver con la estabilidad o inestabilidad de ésta. Algunos factores podrían ser las familias desestructuradas o monoparentales, la inestabilidad económica, la conflictividad constante, la incapacidad de los padres por cuidar de sus hijos, el comportamiento anómalo de algún miembro de la familia (drogadicción, alcoholismo, prostitución...), el aislamiento social o la historia personal de maltrato o abandono infantil.
 
Y, por último, los factores de contexto social son aquellos relacionados con el medio que les rodea, por ejemplo: insuficiencia de recursos, falta de vivienda, inmigración, hospitalización,
encarcelamiento, etc.
 
Si se juntan factores de los tres ámbitos se crea un clima de inestabilidad social y emocional que el
menor normalmente no sabe gestionar y que muchas veces expresa en forma de lo que llamamos mala conducta. Los niños aprenden imitando, sobretodo durante los primeros años de su vida. Normalizan aquello que ven en casa y en su ambiente más inmediato.
 
Cuando las personas nacemos no tenemos maldad ninguna, ni prejuicios ni entendemos de estereotipos, lo vamos adquiriendo a medida que crecemos. Y de algún lugar los tenemos que sacar. Aquí influye mucho la sociedad y esto es mucho más difícil de cambiar. Pero la sociedad somos todos así que la gente que le echa la culpa de todo a "la sociedad", en parte se está culpando a si mismo. Es cierto que cuesta cambiar las viejas costumbres, las ideas tradicionales, pero quizá, si todos los que creemos que debe haber un cambio, intentamos criar a unas nuevas generaciones con menos prejuicios y menos estereotipos, en unos años la sociedad habrá hecho un paso hacia delante bastante grande.

martes, 13 de octubre de 2015

¿Qué entendemos por infancia en riesgo?


"Infancia en riesgo es una expresión que se ha puesto de moda en la última década para hacer referencia a la situación de aquellos niños y niñas que viven inmersos en unas condiciones de vida que obstaculizan, perjudican o pueden perjudicar a corto y medio plazo su normal desarrollo como seres humanos especialmente vulnerables, entendiendo éste como un todo que incluye tanto los elementos físico-biológicos, psicológicos, emotivos, socio-afectivos, etc.
 
Cuando la evolución de un niño o niña en cualquiera de estos aspectos se ve amenazada o se halla comprometida por factores comprendidos en el entorno familiar y/o social inmediato, hablamos de infancia en riesgo o alto riesgo psico-social." (Infancia en riesgo e infancia maltratada, Montse Cusó).
 
Y aquí es donde entra en juego el papel del educador y la educadora social que, entre otras cosas, tiene como funciones y como objetivos ser modelos y referentes, acompañar los procesos personales, incidir educativamente para descubrir las potencialidades y capacidades y poder así ayudar y aportar los medios para que las desarrollen, etc. Es decir, educar en el ámbito de los valores, la personalidad, la comunicación...
 
Los niños a los que normalmente se cataloga como "niños difíciles" suelen tener más problemas para comunicarse o para comportarse de la manera que la sociedad considera correcta, la mayor parte de las veces porque no han tenido un buen referente o un buen modelo a seguir. Hay que tener en cuenta que esos niños desarrollan su personalidad y por lo tanto se comportan de una manera acorde con la medida en que poseen los recursos personales y sociales para satisfacer sus necesidades y afrontar progresivamente las capacidades con éxito. Estos recursos implican tanto las capacidades y habilidades personales del niño, como el apoyo familiar, afectivo y social con que cuenta y se van adquiriendo a través del aprendizaje y, en definitiva, del conjunto de vivencias y experiencias. Pero no todos los niños poseen estos recursos por igual, ya que algunos tienen carencias en uno o varios ámbitos y esto les puede causar la sensación de no ser comprendidos, aceptados o queridos, la cual cosa puede repercutir de forma muy negativa en su conducta y en su manera de ser.
 
Por lo tanto, y sin querer justificar cualquier tipo de conducta, antes de catalogar y etiquetar a alguien de "niño difícil" o "niño conflictivo" habría que estudiar y analizar muy bien, entre otras cosas, su ambiente y su contexto más inmediato, para que nos ayude después a decidir cómo actuar.

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miércoles, 7 de octubre de 2015

¡Bienvenidos al blog!

Primero de todo, gracias por entrar en esta página y bienvenidos a mi blog sobre Infancia en riesgo.

Este blog surge de la iniciativa de una futura educadora social por investigar y difundir información, ideas y reflexiones sobre este colectivo de nuestra sociedad. Espero que os interese y os sirva de ayuda tanto a nivel profesional como a nivel personal.

¡Nos vemos por la red!









 
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