domingo, 18 de octubre de 2015

Castigos, ¿a favor o en contra?

Una vez hablado sobre qué entendemos por infancia en riesgo y cuáles son los factores que pueden ser determinantes para llegar a esa situación de riesgo social, quiero introducir un polémico tema que lleva ya un tiempo discutiéndose pero que sigue sin una respuesta clara en la actualidad: los castigos, ¿sí o no?
 
He estado buscando y he encontrado muy pocas páginas, blogs o artículos que hablen del castigo como algo positivo, lo cual es curioso porque prácticamente todo el mundo lo utiliza. Supongo que muchas veces la situación puede sobrepasar a los padres, educadores, profesores o cualquier persona que trabaje con niños. La falta de tiempo, de paciencia o el simple hecho de no saber qué más hacer pueden hacernos elegir el camino fácil, aunque sepamos que no es el mejor.
 
Cuando castigamos a un niño muchas veces producimos el efecto contrario al deseado. Si el niño percibe dicho castigo como algo injusto intentará repetir la conducta cuando sus padre o educadores no miren porque no he entendido porqué no tiene que hacer eso. Por eso creo que lo más importante a la hora reaccionar cuando alguien ha hecho algo que consideramos que no está bien es explicarle las razones. Si castigamos sin explicarles nada, puede que el problema sea sofocado momentáneamente pero la raíz del conflicto no se soluciona.
 
Por lo tanto, el castigo no comporta el aprendizaje del comportamiento ni le ofrece ninguna alternativa más adecuada y eso hace que la conducta tienda a repetirse. En el caso de que no sea así,  la mayoría de veces no es porque el niño haya aprendido racionalmente que eso no está bien, si no por miedo a un futuro castigo.
 
Educar requiere tiempo, practica y mucha paciencia. A mi entender, educar significa mostrar alternativas y elementos que inviten a reflexionar no solo sobre las consecuencias de sus actos sobre ellos mismos sino también sobre los demás. Darles los medios y ayudarles a que sean personas responsables, autocríticas y sobretodo con valores y que sepan pensar por ellos mismos, esas son algunos de los objetivos que yo creo deberían tener los padres. En mi opinión, los niños deben ir aprendiendo poco a poco a ser responsables de sus propios actos y a respetar y hacerse respetar.    
 
Todo esto, desde el punto de vista de los padres y educadores no es tarea fácil, por eso os invito a compartir vuestras opiniones y experiencias.
 

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